Hace unos meses iendo hacia Vitigudino desde Salamanca pasado el pueblo de Villarmayor nos encontramos una majestuosa dehesa donde se ve pastar a añojos y erales a la espera de ser lidiados. Aquel día vi una partida de vacas bravas pero como semental no estaba un toro bravo indultado en una plaza de primera por Joselito sino un charoles, de extraordinarias echuras.
En el siglo veintiuno la fiesta de los toros es claro el declive, sólo hace falta ver las ferias de ciudades importantes como hace cincuenta años había que sacar las entradas con antelación de 6 días en cambio hoy en día hay una entrada de media plaza.
La fiesta taurina es incluso mal vista en varios sectores de la sociedad, no estamos en el caso que te guste el espectáculo o no, como puede ser con el deporte de masas el fútbol, sino que simplemente decir que has ido a una corrida eres señalado como retrógrado y colaborador de un sufrimiento cruel.
En mi opinión la pérdida de afición de la fiesta, sobre todo de la juventud, no viene causada por la actividad de los antitaurinos, ni por que la gestión de la fiesta esté encuadrada en el ministerior del interior en vez que en el de cultura, sino de los propios profesionales del mundo del toro, ganaderos, empresarios, toreros y demás personal relacionado. No han sabido hacer llegar a las nuevas generaciones y no tan nuevas dicho mundo, simplemente viven en su "mundo" cerrado. Como ejemplo pongo los coloquios que se celebran cada año en la feria de Salamanca después de cada corrida, la media de edad de los intervinientes supera los sesenta años, todo hombres, alguno de ellos hablando del pasado...es que antes...y no pongo en duda los conocimientos y la profesionalidad de cada uno de ellos, pero la frescura y la adaptación al siglo que vivimos brilla por su ausencia.
En fin, siendo claros o te adaptas o mueres y los taurinos creó que no se quieren adaptar, así que el fin es claro.
martes, 19 de enero de 2016
miércoles, 13 de enero de 2016
Razas autóctonas españolas. Avileña negra iberica
Raza predominante de la provincia de Avila, aunque también se extiende por la provincias de Salamanca o Cáceres. Prima hermana de la morucha, comparte con ella su rusticidad y viveza en terrenos difíciles como puede ser el Puerto de la Paramera aunque se diferencia en su mayor envergadura y su mayor docilidad.
lunes, 11 de enero de 2016
Razas autóctonas Españolas. Morucha
Raza propia de la provincia salmantina, aunque también se extiende a otras provincias limítrofes como Zamora y Cáceres. Sus características principales son su rusticidad y su adaptación perfecta al duró clima meseteño. Como inconvenientes tiene su difícil manejo y su menor productividad en el rendimiento cárnico frente a otras industriales como la charolesa o limosna.
La tendencia de dicha raza es a la disminución de la misma, aunque todavía son varias las ganaderías que se pueden contemplar en los paisajes adesados.
De Matanza
Daba las ocho de la mañana el reloj centenario del portal, en aquella mañana fría del mes de diciembre. Los hombres se encontraban tomando el aguardiente y los dulces de acompañamiento al calor del fuego que calentaba el agua. Al oír las campanadas salieron todos en fila por la puerta trasera de la casa, como verdugos en busca de sus mártires. El camino hasta el cebonero estaba próximo, escaso 200 metros. La mañana era fría, la helada había hecho acto de presencia. Cada persona sabía su cometido, unos esperaban fuera, dos entraron dentro para atar al cebón por una pata. De repente una voz brusca y sonora se oyó desde el interior, "abre". Salió el cerdo con ansias de huir, pero la cuerda en su pata trasera se lo impedía, entre todos lo fueron guiando hasta el tajón, a escasos 100 metros antes de llegar al mismo, el señor más mayor hincó el gancho afilado en la mandíbula del cerdo y tiró con fuerza de él hasta el lugar de muerte. Entre todos consiguieron subir al cochino al tajón. El encargado de dar muerte al animal se santiguó miró al frente y con voz profunda dijo: ahora, el cuchillo se hundió en el cuerpo del animal hasta lograr alcanzar el corazón, los gruñidos del cebón fueron al principio fuertes para pasar a ser insignificantes cuando manaba sangre de sus entrañas.
miércoles, 9 de diciembre de 2015
UN SUEÑO HECHO REALIDAD
La noche fue muy larga, me costó conciliar el sueño serían cerca de las tres de la mañana cuando me dormí tímidamente. Mi cuerpo estaba alterado pensando en el momento que viera aquella finca toda ella bajo el dominio de la misma familia, y con ese caserío espléndido. Estaba tan nervioso como en la noche anterior al día de la matanza en los tiempos de la infancia.
Por fin!!, sonó el despertador...salté de la cama, me vestí en un minuto y el desayuno duró lo justo. Ahora estaba apuntó de ver logrado el sueño de toda una vida, desde que comencé a tener uso de razón.
El viaje en el coche fue placentero, sonriente recorrí cada kilómetro que me separaba de mi destino. Pensé en lo logrado y las lágrimas hicieron acto de presencia por mi cara, la emoción me embargaba.
Al llegar al camino de tierra bajé del coche, necesitaba coger aire, pisar fuerte y gritar fuerte un simple si!!!. Los dos kilómetros de camino los hice despacio, saboreando todo, los pajaros, los robles y las vacas pastando en la mañana primaveral. Al llegar a Mataredonda se podía entrever entre los árboles el blanco del caserío, pero al llegar a la pedrera el resplandor era inmenso, todo el caserío blanco, con todos sus tejados recién arreglados, en definitiva impresionante. Es cierto, no escatimé en gastos, todo me era poco, las últimas hectáreas las compré a precio de oro, pero nada me importaba por hacer mi sueño realidad.
Caminé desde la pedrera sin quitar el ojo en todo, la entrada en la calle entre la pared de la lameda y la cortina de los nabos era magnífica, ambas paredes eran de "lomo de perro", una portera negra con la J y L entrelazadas había sustituido a las viejas cañizas rotas. La ermita estaba totalmente restaurada, incluso se había reconstruido su antiguo campanario. Todo, todo estaba como jamás había soñado, no podía dejar de caminar deprisa y mirar rápido todo una y mil veces, no me lo podía creer...
La casa estaba había aumentado de tamaño con el añadido de la panera lateral. El corral de la misma, en él se habían instalado diversas cuadradas para caballos. Hasta la fragua había sido perfectamente restaurada conservando su esencia.
Las antiguas ruinas habian desaparecido.
Caminé por delante de la casa dirección del camino de Grandes, a mi derecha dejaba el corral de las gallinas, perfecto, alineado único. Llegué a la altura de la casa de de abajo, era otra, ahora revosaba vitalidad y energía, resaltaban sus piedras esquineras de cantería con su tejado a dos aguas. Detrás de la misma se podía ver una hermosa huerta alrededor de la noria, todo volvía a tener vida.
Salí corriendo hacia la iglesia y al llegar a la altura de la lameda me agache, cogí tierra de una topera y la arroje al aire de un brinco, para posteriormente llevármelas al pecho, y decir para mis adentros, lo conseguí!!, aveces sin saber como los sueños se hacen realidad...
Por fin!!, sonó el despertador...salté de la cama, me vestí en un minuto y el desayuno duró lo justo. Ahora estaba apuntó de ver logrado el sueño de toda una vida, desde que comencé a tener uso de razón.
El viaje en el coche fue placentero, sonriente recorrí cada kilómetro que me separaba de mi destino. Pensé en lo logrado y las lágrimas hicieron acto de presencia por mi cara, la emoción me embargaba.
Al llegar al camino de tierra bajé del coche, necesitaba coger aire, pisar fuerte y gritar fuerte un simple si!!!. Los dos kilómetros de camino los hice despacio, saboreando todo, los pajaros, los robles y las vacas pastando en la mañana primaveral. Al llegar a Mataredonda se podía entrever entre los árboles el blanco del caserío, pero al llegar a la pedrera el resplandor era inmenso, todo el caserío blanco, con todos sus tejados recién arreglados, en definitiva impresionante. Es cierto, no escatimé en gastos, todo me era poco, las últimas hectáreas las compré a precio de oro, pero nada me importaba por hacer mi sueño realidad.
Caminé desde la pedrera sin quitar el ojo en todo, la entrada en la calle entre la pared de la lameda y la cortina de los nabos era magnífica, ambas paredes eran de "lomo de perro", una portera negra con la J y L entrelazadas había sustituido a las viejas cañizas rotas. La ermita estaba totalmente restaurada, incluso se había reconstruido su antiguo campanario. Todo, todo estaba como jamás había soñado, no podía dejar de caminar deprisa y mirar rápido todo una y mil veces, no me lo podía creer...
La casa estaba había aumentado de tamaño con el añadido de la panera lateral. El corral de la misma, en él se habían instalado diversas cuadradas para caballos. Hasta la fragua había sido perfectamente restaurada conservando su esencia.
Las antiguas ruinas habian desaparecido.
Caminé por delante de la casa dirección del camino de Grandes, a mi derecha dejaba el corral de las gallinas, perfecto, alineado único. Llegué a la altura de la casa de de abajo, era otra, ahora revosaba vitalidad y energía, resaltaban sus piedras esquineras de cantería con su tejado a dos aguas. Detrás de la misma se podía ver una hermosa huerta alrededor de la noria, todo volvía a tener vida.
Salí corriendo hacia la iglesia y al llegar a la altura de la lameda me agache, cogí tierra de una topera y la arroje al aire de un brinco, para posteriormente llevármelas al pecho, y decir para mis adentros, lo conseguí!!, aveces sin saber como los sueños se hacen realidad...
martes, 3 de noviembre de 2015
DE SANEAMIENTO
Serían las ocho de la mañana cuando el sol empezaba a salir en la mañana otoñal, cuando le ponía la silla de montar al caballo preferido, hacia ya meses desde verano que no montaba sobre sus lomos. Al montar noté como los años hacen mella, no monto con la misma ligereza. Primero al paso, moviendo el mosquero de lado a lado a ritmo para después un galope corto y así acortar el tiempo de llegada a la portera del cercado donde se encuentran las vacas, toros y becerros a los que ha tocado la prueba "maldita". Abro la portera desde y con el caballo, éste sabe situarse, colocarse para abrir la puerta sin dificultad. Comienzo galopando por el lado derecho donde a encuentran parte de las vacas pastando, un simple voz y un silbido para hacerle notar mi presencia y ver el caballo para hacerlas caminar hacia la querencia, poco a poco comienzan a agruparse e ir hacia el cercado del embarcadero, la marcha se hace fácil a paso ligero. Entran todas en el cercado contiguo a los corrales, sonrío con cierta benevolencia, el trabajo casi está hecho. Queda conducir a todo el ganado hacia el prado anterior a los corrales, dos voces y un silbido, todos los animales comienzan a caminar hacia el lugar correcto, alguna novilla quiere escaparse del lugar, pero una simple carrera a galope corto hace reconducir a la vaca a la manada. Cuando todo parece que trascurre correctamente una becerra recién bedada dentro de la locura propia de su corta edad escapa, sale corrientes sin tino, la sigo cogiéndole la vuelta pero consigue zafarse, va hacia la portera cerrada no para, se da la vuelta sigue corriendo, yo me paro tirando fuerte de las riendas, veo como para la becerra no existe alambrado, lo atraviesa de un salto y emprende la huida. La persigo a distancia, dándole espacio y tiempo para que se relaje pero siempre cogiéndole la vuelta, poco a poco. Me ve, marcha en sentido contrario, me acercó más a ella, con un par de galopes cortos y cierta destreza del caballo y mía consigo enmendar su marcha. Poco a poco va en la dirección correcta, yo siempre a distancia, con temple, con constancia, la bedona atraviesa la primera portera y va corriendo hacia el prado donde están las demás vacas y sin que nadie le abra la puerta la salta con ímpetu. Ahora si, digo para mis adentros, trabajo hecho, desmontó del caballo y dándole una palmada en el cuello le digo: " eres un fenómeno".
jueves, 29 de octubre de 2015
MAQUINARIA CON HISTORIA (III): SEGADORA ALPUEMA
Otra maquinaria que hizo avanzar en las labores del campo a un paso agigantado, relegando a los braceros segadores. La segadora Alpuema junto a la trilladora Ajuria, hicieron mucho más benévolos los veranos a los agricultores. Con el tiempo serían sustituidas por las modernas segadoras.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)