La noche fue muy larga, me costó conciliar el sueño serían cerca de las tres de la mañana cuando me dormí tímidamente. Mi cuerpo estaba alterado pensando en el momento que viera aquella finca toda ella bajo el dominio de la misma familia, y con ese caserío espléndido. Estaba tan nervioso como en la noche anterior al día de la matanza en los tiempos de la infancia.
Por fin!!, sonó el despertador...salté de la cama, me vestí en un minuto y el desayuno duró lo justo. Ahora estaba apuntó de ver logrado el sueño de toda una vida, desde que comencé a tener uso de razón.
El viaje en el coche fue placentero, sonriente recorrí cada kilómetro que me separaba de mi destino. Pensé en lo logrado y las lágrimas hicieron acto de presencia por mi cara, la emoción me embargaba.
Al llegar al camino de tierra bajé del coche, necesitaba coger aire, pisar fuerte y gritar fuerte un simple si!!!. Los dos kilómetros de camino los hice despacio, saboreando todo, los pajaros, los robles y las vacas pastando en la mañana primaveral. Al llegar a Mataredonda se podía entrever entre los árboles el blanco del caserío, pero al llegar a la pedrera el resplandor era inmenso, todo el caserío blanco, con todos sus tejados recién arreglados, en definitiva impresionante. Es cierto, no escatimé en gastos, todo me era poco, las últimas hectáreas las compré a precio de oro, pero nada me importaba por hacer mi sueño realidad.
Caminé desde la pedrera sin quitar el ojo en todo, la entrada en la calle entre la pared de la lameda y la cortina de los nabos era magnífica, ambas paredes eran de "lomo de perro", una portera negra con la J y L entrelazadas había sustituido a las viejas cañizas rotas. La ermita estaba totalmente restaurada, incluso se había reconstruido su antiguo campanario. Todo, todo estaba como jamás había soñado, no podía dejar de caminar deprisa y mirar rápido todo una y mil veces, no me lo podía creer...
La casa estaba había aumentado de tamaño con el añadido de la panera lateral. El corral de la misma, en él se habían instalado diversas cuadradas para caballos. Hasta la fragua había sido perfectamente restaurada conservando su esencia.
Las antiguas ruinas habian desaparecido.
Caminé por delante de la casa dirección del camino de Grandes, a mi derecha dejaba el corral de las gallinas, perfecto, alineado único. Llegué a la altura de la casa de de abajo, era otra, ahora revosaba vitalidad y energía, resaltaban sus piedras esquineras de cantería con su tejado a dos aguas. Detrás de la misma se podía ver una hermosa huerta alrededor de la noria, todo volvía a tener vida.
Salí corriendo hacia la iglesia y al llegar a la altura de la lameda me agache, cogí tierra de una topera y la arroje al aire de un brinco, para posteriormente llevármelas al pecho, y decir para mis adentros, lo conseguí!!, aveces sin saber como los sueños se hacen realidad...
miércoles, 9 de diciembre de 2015
martes, 3 de noviembre de 2015
DE SANEAMIENTO
Serían las ocho de la mañana cuando el sol empezaba a salir en la mañana otoñal, cuando le ponía la silla de montar al caballo preferido, hacia ya meses desde verano que no montaba sobre sus lomos. Al montar noté como los años hacen mella, no monto con la misma ligereza. Primero al paso, moviendo el mosquero de lado a lado a ritmo para después un galope corto y así acortar el tiempo de llegada a la portera del cercado donde se encuentran las vacas, toros y becerros a los que ha tocado la prueba "maldita". Abro la portera desde y con el caballo, éste sabe situarse, colocarse para abrir la puerta sin dificultad. Comienzo galopando por el lado derecho donde a encuentran parte de las vacas pastando, un simple voz y un silbido para hacerle notar mi presencia y ver el caballo para hacerlas caminar hacia la querencia, poco a poco comienzan a agruparse e ir hacia el cercado del embarcadero, la marcha se hace fácil a paso ligero. Entran todas en el cercado contiguo a los corrales, sonrío con cierta benevolencia, el trabajo casi está hecho. Queda conducir a todo el ganado hacia el prado anterior a los corrales, dos voces y un silbido, todos los animales comienzan a caminar hacia el lugar correcto, alguna novilla quiere escaparse del lugar, pero una simple carrera a galope corto hace reconducir a la vaca a la manada. Cuando todo parece que trascurre correctamente una becerra recién bedada dentro de la locura propia de su corta edad escapa, sale corrientes sin tino, la sigo cogiéndole la vuelta pero consigue zafarse, va hacia la portera cerrada no para, se da la vuelta sigue corriendo, yo me paro tirando fuerte de las riendas, veo como para la becerra no existe alambrado, lo atraviesa de un salto y emprende la huida. La persigo a distancia, dándole espacio y tiempo para que se relaje pero siempre cogiéndole la vuelta, poco a poco. Me ve, marcha en sentido contrario, me acercó más a ella, con un par de galopes cortos y cierta destreza del caballo y mía consigo enmendar su marcha. Poco a poco va en la dirección correcta, yo siempre a distancia, con temple, con constancia, la bedona atraviesa la primera portera y va corriendo hacia el prado donde están las demás vacas y sin que nadie le abra la puerta la salta con ímpetu. Ahora si, digo para mis adentros, trabajo hecho, desmontó del caballo y dándole una palmada en el cuello le digo: " eres un fenómeno".
jueves, 29 de octubre de 2015
MAQUINARIA CON HISTORIA (III): SEGADORA ALPUEMA
Otra maquinaria que hizo avanzar en las labores del campo a un paso agigantado, relegando a los braceros segadores. La segadora Alpuema junto a la trilladora Ajuria, hicieron mucho más benévolos los veranos a los agricultores. Con el tiempo serían sustituidas por las modernas segadoras.
martes, 27 de octubre de 2015
MAQUINARIA CON HISTORIA (II): TRILLADORA AJURIA
La trilladora Ajuria llegó al campo salmantino cuando la agricultura introducía las máquinas en las tareas diarias. Supuso una revolución en aquel momento, se acabaron los días enteros trillando con los bueyes o vacas para posteriormente separar el grano de la paja de manera manual. Formó un tándem extraordinario junto al tractor Ebro.
domingo, 25 de octubre de 2015
MAQUINARIA CON HISTORIA (I): RIVIERRE CASSALIS rc45
Empacadora de paquete pequeño, de origen francés, en los años ochenta tuvo sus años de gloria.
Hoy en día en desuso por el avance de la maquinaria, sustituida por empacadoras de "rollos" o paquete grande. En el recuerdo queda como una joya del campo.
jueves, 22 de octubre de 2015
EBRO 48
Era la década de los sesenta, cuando España empezaba a salir de su ostracismo, cuando empezaban a construirse en levente apartamentos para alemanes con ganas de sol, cuando en Barcelona y Bilbao empezaban a llenarse de gallegos, andaluces o extremeños en busca de trabajo en las fábricas que empezaban a resurgir, fue cuando llegó a casa ese tractor Ebro 48 color azul con su remolque a juego. Fue todo un acontecimiento...esas máquinas sustituyendo a bueyes y vacas, !cuantos había que no querían saber nada de esos "bichos"!. Poco a poco fuiste sustituyendo el trabajo que durante décadas habían desarrollado los animales. Al principio las cortinas se araban con las vacas, no merecía la pena meter el tractor para " eso". En poco tiempo fuiste imprescindible, arar, segar, trillar...Tu mecánica era sencilla, tradicional sin complicación, marcaste un cambio, una nueva época en la agricultura y la ganadería. Con cuarenta años fuiste retirado con el motor roto. No fuiste el mejor tractor ni por comodidades, motor o fuerza pero como dicen de los toros bravos tenías "casta".
En el recuerdo quedas, prácticamente tu existencia se ciñe a coleccionistas, nostálgicos y jubilados para arar sus huertos.
Un tractor más pero no uno cualquiera, un Ebro 48 simplemente.
Un tractor más pero no uno cualquiera, un Ebro 48 simplemente.
sábado, 17 de octubre de 2015
La perrita Jara
Todavía no era de día pero "Jara" ya ladraba y movía la puerta de madera con las manos, quería salir del casillo en el que estaba, se encontraba nerviosa su instinto le hacía preveer que la temporada de caza estaba cerca. Juan en toda la noche no pegó ojo, los nervios no le dejaban dormir, pensaba en como sería el primer día de la temporada, cuantas liebres vería, si mataría algún conejo o algún zorro. El tiempo se le hacía eterno, estaba deseoso que sonara el despertador, hasta que por fin sonó. Juan dio un brinco de la cama y en cinco minutos se había vestido y desayunado e iba a buscar a Jara. Jara nada más verlo brincó sobre sus piernas, su rabo no paraba de moverse, estaba enérgica, Juan abrió la puerta de atrás del coche y Jara entró de un pequeño brinco. Juan y Jara se dirigieron al punto de concentración con los demás cazadores, en la portera de entrada de la finca. Al llegar Juan le abrió la puerta a Jara, ésta se volvió loca al salir al campo, tocar la tierra húmeda del mes de noviembre y olfatear cada rincón en busca de la "cama" de una liebre.
Los cazadores después de tomar un café de "puchero" hecho a la lumbre deciden comenzar la jornada, comienzan a andar en busca de sus piezas. Juan con un silbido llama a su verá a Jara, ésta acude veloz. Después de una hora Jara se vuelve loca, empieza a moverse rápidamente entre una pedrera y un escobal, Juan se pone en guarda, sabe que es cuestión de momentos que aparezca la liebre, un conejo o incluso un zorro, todo puede ser. Juan apunta y no sabe a que, sabe que su posición tiene que ser ésta, de precaución y alerta. De repente ve salir del escobal a una liebre y detrás de ella a Jara, la liebre da un quiebro inesperado y vuelve a introducirse en el escobal. Juan no puede controlar sus nervios, los tiene a flor de piel, entre las escobas intuye donde puede estar la rabona, se arriesga y dispara, en el segundo siguiente oye un ladrido lastimoso, Juan corre hacia el escobal, allí no puede creer lo que ven sus ojos, le ha disparado a la perra está agonizando. Juan no se lo puede creer, Jara la mejor perra que nunca pensó tener la había matado. Arrojó su escopeta al suelo con rabia y se puso de rodillas frente a Jara, se llevó las manos a la cara y acto seguido llevó a la perra hasta una pedrera cercana La arroja en la misma y la tapa con piedras. Para Juan ese primer día de caza, que tantas expectativas tenía peor no puede haber acabado, se dirige hacia el coche quiere llegar cuanto antes a casa para "olvidar" lo sucedido, al llegar a casa mira hacia el cielo pidiendo clemencia a su perra Jara.
Los cazadores después de tomar un café de "puchero" hecho a la lumbre deciden comenzar la jornada, comienzan a andar en busca de sus piezas. Juan con un silbido llama a su verá a Jara, ésta acude veloz. Después de una hora Jara se vuelve loca, empieza a moverse rápidamente entre una pedrera y un escobal, Juan se pone en guarda, sabe que es cuestión de momentos que aparezca la liebre, un conejo o incluso un zorro, todo puede ser. Juan apunta y no sabe a que, sabe que su posición tiene que ser ésta, de precaución y alerta. De repente ve salir del escobal a una liebre y detrás de ella a Jara, la liebre da un quiebro inesperado y vuelve a introducirse en el escobal. Juan no puede controlar sus nervios, los tiene a flor de piel, entre las escobas intuye donde puede estar la rabona, se arriesga y dispara, en el segundo siguiente oye un ladrido lastimoso, Juan corre hacia el escobal, allí no puede creer lo que ven sus ojos, le ha disparado a la perra está agonizando. Juan no se lo puede creer, Jara la mejor perra que nunca pensó tener la había matado. Arrojó su escopeta al suelo con rabia y se puso de rodillas frente a Jara, se llevó las manos a la cara y acto seguido llevó a la perra hasta una pedrera cercana La arroja en la misma y la tapa con piedras. Para Juan ese primer día de caza, que tantas expectativas tenía peor no puede haber acabado, se dirige hacia el coche quiere llegar cuanto antes a casa para "olvidar" lo sucedido, al llegar a casa mira hacia el cielo pidiendo clemencia a su perra Jara.
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