Era marzo cuando el vaquero apartó las novillas abocadas a parir en el cercado de los pajares y corrales para tenerlas más controladas de cara al parto ya que éste podía complicarse.
En la mañana del día quince, Fran vio que el momento de parir de dos de las eralas apartadas iban a parir. La más oscura se puso a dar a luz de noche, en la soledad donde sólo se oía el viento entre los árboles, su parto no pudo ser más doloroso, no fue capaz de por si misma de hacer ver la luz al animal que llevaba en sus entrañas.
El dia dieciséis amaneció desapacible, la vaca oscura estaba rendida en el suelo tras toda una noche de esfuerzo. Su compañera de corral su momento también había llegado, su situación era la misma de su compañera su corta edad, debilidad y el tamaño del retoño le hacía imposible hacerle ver la luz.
El vaquero al verlas primero intentó sacar el becerro de la más oscura, lo consiguió pero nació muerto no pudo resistir una noche entera de parto. Acto seguido consiguió que el becerro de la otra vaca naciera con vida. La vaca lo lamió y le echó su aliento haciéndolo suyo pero el becerrito en vez de mamarle a su madre comenzó achupar de las tetas de la erala oscura para acto seguido tirar de las tetas de su madre, y así comenzó la historia del becerro de las dos madres.
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